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luns, 21 novembro 2022 10:49
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equilibrio
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Gestión de caídas en el Centro de Estancias Diurnas del CRE Alzheimer
Categorías: Divulgación
Etiquetas: alzhéimer , demencia , fisioterapia , caídas , ced , equilibrio , protocolo
ROCÍO VALLE BERMEJO | FISIOTERAPEUTA EN EL CENTRO DE ESTANCIAS DIURNAS DEL CRE ALZHEIMER Desde el área de fisioterapia del Centro de Estancias Diurnas del CRE Alzheimer del Imserso en Salamanca, siguiendo la propuesta desde la Fundación Cuidados Dignos a través de la Norma Libera-Care, se realiza una gestión específica sobre las caídas elaborando un protocolo de actuaciones dirigidas a vigilar y reducir el número de caídas en el centro. Entre estas actuaciones está la recomendación del uso de símbolos o signos de diferentes colores que identifiquen a cada persona dentro de su correspondiente grupo de riesgo. En el centro se viene utilizando un sistema de vigilancia a modo de control de errante y se ha aprovechado este método para identificar a cada persona en un grupo de riesgo de caída determinado al darle color a ese errante catalogando al usuario en un grupo de riesgo concreto. De tal forma que: Control de errante de color verde, indica que el usuario presenta ausencia de riesgo de caída. Control de errante de color azul, indica que el usuario presenta leve riesgo de caída. Control de errante de color amarillo, indica que el usuario presenta moderado riesgo de caída. Control de errante de color rojo, indica que el usuario presenta grave riesgo de caída. Previamente, desde el área de fisioterapia y dentro del protocolo de ingreso se realiza la valoración oportuna para objetivar el riesgo de caída del usuario utilizando la escala TINETTI, teniendo en cuenta que son múltiples los factores generadores de caídas. La escala TINETTI es una escala que detecta el riesgo de caída en marcha y bipedestación. Valora distintos ítems de cada dominio calificando sus respuestas con 0,1 y 2 es decir anormal, adaptativo y normal respectivamente. El puntaje máximo de equilibrio es 16 y de la marcha 12 para un total de 28 con la que se estipula el riesgo de caída, a mayor puntuación menor riesgo: entre 19-24 el riesgo de caídas es mínimo, < 19 el riesgo de caída es alto. En función del grupo de riesgo se han establecido unas pautas de manejo diferentes: Grupo de riesgo de caída: ausente Mantener supervisión por las alteraciones conductuales y/o desorientación. Procurar un correcto control postural en sedestación siguiendo las medidas higiénico posturales generales. Durante la marcha daremos la orden verbal para evitar el arrastre de pies, mantener mirada al frente, brazos a lo largo del cuerpo y tronco erguido). Asegurar un entorno seguro y libre de obstáculos (prestar atención a los obstáculos, mobiliario, iluminación, suelos irregulares/resbaladizos…). Proporcionar al usuario sus dispositivos visuales o auditivos. Prestar atención al calzado que usa y a que los cordones y/o velcros están bien cerrados. Ante cualquier cuadro agudo que pueda disminuir sus capacidades físicas, funcionales y cognitivas, adaptar las medidas preventivas a la situación que se presente para garantizar la seguridad. Anticipar a la persona la finalidad de la marcha, traslado y/o transferencia, repitiendo las veces que sea necesario. Grupo de riesgo de caída: leve A las indicaciones del nivel anterior se unen: Extremar las precauciones en situaciones de mayor inestabilidad: Al levantarse/sentarse porque a veces son inestables y pierden el equilibrio. Al caminar en grupo porque aumenta la probabilidad de tropiezos y empujones. Al girarse o cambiar de dirección en la marcha pues pueden hacerlo con inestabilidad y pasos discontinuos, y tropezar. Adaptarse individualmente a las necesidades físicas de cada persona (no todos necesitan la misma supervisión ni en el mismo momento). Proporcionar el tiempo indispensable que requiera la persona para realizar la tarea con seguridad. Grupo de riesgo de caída: moderado A las indicaciones del nivel anterior se unen: Será necesaria la supervisión y acompañamiento continuo de una persona. Ofrecer el apoyo físico justo y necesario para realizar la tarea de forma segura, evitando dar apoyos que mermen la autonomía e independencia de la persona. Cuando las circunstancias lo obliguen y sea necesario dar apoyo físico ofreceremos nuestro brazo y estimularemos para que sea la persona quien se apoye/agarre a nuestro brazo, evitando llevarle de la mano y favoreciendo un apoyo activo. Se podrá especificar en cada caso la mejor forma de ofrecer un apoyo físico respetando la autonomía de la persona en la tarea y proporcionando seguridad a la persona y a nosotros como acompañante. Extremar las precauciones en situaciones inestables porque aumenta el riesgo de caída ya que no mantienen el equilibrio, calculan mal la distancia de la silla, su capacidad de acción y reacción es más lenta y tienen menor fuerza en los miembros. Ofreceremos nuestra guía verbal para las transferencias y marcha de forma segura, desmenuzando los pasos a seguir con orden verbal clara y concisa. Podemos dar un estímulo físico para propiciar una respuesta motora en la persona (para levantarse hacer ligera tracción en brazos, para sentarse estimulo en cintura y hombro hacia abajo…) pero que sea la persona la que realice el movimiento en la medida de lo posible. Se evitará caminar en un grupo numeroso de personas. Grupo de riesgo de caída: grave Las personas pueden no haber completado la escala predictora de caída en marcha y bipedestación, y por ello estar en este nivel, llegando a ser inespecífica la estabilidad en los distintos parámetros de la marcha, sedestación y bipedestación, pero a la observación las indicaciones a seguir se ajustan más a este nivel de gravedad. A las indicaciones del nivel anterior se unen: El uso de este sistema de diferentes colores hace que sea más fácil el que todas las personas que trabajan en el centro conozcan el riesgo de caída que presenta cada uno de las personas usuarias del centro y asuman la responsabilidad de realizar la vigilancia ante las caídas, además de adoptar medidas preventivas inmediatas al visualizar el color del errante. Con este sistema de gestión se reducen de forma importante el número de caídas en el centro, por ello desde el área de fisioterapia se veía la necesidad de darlo a conocer. Otra de las actuaciones claves para el manejo de las caídas es el registro de las mismas que lo veremos en otra ocasión. Será necesario un mayor apoyo físico continuo de una o dos personas, siempre estimulando una marcha activa para la persona (si es que es posible la marcha). La persona además de un apoyo físico puede necesitar una ayuda técnica para la marcha (silla de ruedas/andador). Se fomentará la marcha activa siempre que se pueda. Se podrán emplear otras ayudas técnicas como la grúa o el bipedestador. Extremar las precauciones pues el riesgo de caída aumenta aún más en este nivel en situaciones inestables.
mércores, 02 novembro 2022 16:13
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Fase moderada de la enfermedad de Alzheimer: buscando un equilibrio
Categorías: Divulgación
Etiquetas: psicología , familia , cuidador , burnout , equilibrio , institucionalización , fase avanzada
RAQUEL GARCÍA SANTELESFORO | PSICÓLOGA «La fase moderada de la enfermedad de Alzheimer es la que mayor impacto negativo genera en las familias». La persona con demencia ha ido perdiendo progresivamente su autonomía, necesitando en este momento ayuda para la realización de las actividades de la vida diaria y requiriendo supervisión casi las 24 horas del día. El lenguaje se ve afectado, dificultándose la comunicación. En esta etapa suelen estar presentes también los denominados trastornos de conducta, como pueden ser por ejemplo, la aparición de conductas agresivas. El tiempo empieza a ser un enemigo y el cansancio comienza a estar presente. Según va avanzando la enfermedad es frecuente que la calidad de vida de los cuidadores vaya decayendo. De manera progresiva, las familias van experimentando cambios importantes, pudiéndose ver afectados aspectos como el trabajo, la situación económica, el tiempo libre, las relaciones familiares, la salud o el estado anímico. Los cuidadores deben manejar un gran conjunto de emociones negativas, derivadas de todos estos cambios, unidos además a la necesidad de elaboración del duelo por la pérdida psicológica de la persona con demencia. En resumen, esta etapa puede definirse con un balance negativo en el que las exigencias de los cuidados van aumentando y los recursos de los cuidadores disminuyendo debido principalmente al cansancio propio de esta etapa y a la aparición de emociones negativas vinculadas a todos los cambios vitales que los cuidados producen. ¿Cuáles son las tareas fundamentales de la familia a desarrollar en esta etapa? Prevenir el síndrome del cuidador La demencia es una enfermedad progresiva que obliga a las familias a estar en constante cambio. Es importante que en cada etapa haya un momento en el que las familias paren y reflexionen sobre el sistema de cuidados que han establecido, ya que este podría ser válido para etapas anteriores pero empezar a ser insuficiente en el momento actual. El sistema de cuidados correcto será aquel que permita mantener un equilibrio entre los cuidados de la persona con demencia y las necesidades personales de los cuidadores. La tarea fundamental en esta etapa es la de fomentar que los cuidadores se cuiden a sí mismos para evitar el denominado síndrome del cuidador quemado o burnout. Incorporar ayudas externas Mantener el equilibrio entre las necesidades de la persona con demencia y las de sus cuidadores no es una tarea sencilla. Las familias deben reforzar el sistema de cuidados familiar con apoyos externos. En esta etapa es recomendable contactar, si no se ha hecho ya, con un trabajador social que valore e informe a la familia sobre los recursos existentes y recomendados para cada situación. Si se decide cuidar en casa, será necesario en este momento hacer adaptaciones en el hogar que permitan los cuidados y que faciliten la vida a la persona con demencia. Responder ante las alteraciones de conducta Las alteraciones de conducta son la fuente principal de sobrecarga familiar y uno de los principales predictores de institucionalización. Ante su aparición la familia debe: Consultar al médico. Debe valorar cuál es la etiología de la aparición de estas alteraciones de conducta, ya que hay veces que pueden deberse a causas orgánicas. Aunque no existe tratamiento curativo que los haga desaparecer, existen algunos tratamientos que pueden hacer disminuir su frecuencia y/o intensidad. Formarse e informarse. Manejar este tipo de comportamientos no es sencillo. Será necesario estar formados y conocer una serie de pautas para su manejo. RESUMEN: En la fase moderada de la enfermedad… ¿Qué aparece en mi familiar? ¿Qué aparece en mí? Aumento de la dependencia para la realización de actividades básicas Dificultades para la comunicación Alteraciones de conducta Cansancio físico y psicológico Emociones negativas: tristeza, irritabilidad, culpabilidad Problemas de salud Problemas psicológicos: ansiedad y depresión ¿Qué puedo hacer? Prevenir el síndrome del cuidador. Aprender pautas de autocuidado Reevaluar el sistema de cuidados. Incorporar ayudas externas Ante la aparición de alteraciones de conducta: Acudir al médico Formación. Aprender pautas para su manejo. Descargar folleto del artículo en PDF
martes, 08 novembro 2022 09:02
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La importancia del calzado en personas mayores con demencia (II)
Categorías: Divulgación
Etiquetas: cuidadores , fisioterapia , equilibrio , calzado , podología , zapatos
ROCÍO VALLE BERMEJO | FISIOTERAPEUTA En la demencia nos encontramos con un deterioro cognitivo, del lenguaje, trastornos psicológicos, alteraciones conductuales que hacen que la simple tarea de un cambio de calzado suponga a los cuidadores todo un reto, en la búsqueda del más adecuado y en el proceso de cambio y adaptación. La incapacidad de poder manifestar/expresar cómo se encuentra la persona con ese zapato (si existe demasiada presión en una zona, si es holgado o si es la talla correcta) hace que la tarea se complique. El cambio al nuevo calzado también puede ser toda una aventura porque a la persona le cuesta desprenderse de su zapato, un zapato viejo pero cómodo, que no reúne las características adecuadas pero lo reconoce como propio, rechazando cualquier cambio. Nos podemos encontrar con alteraciones de comportamiento que nos dificulten este momento. El buen manejo de todas esas alteraciones hará que todo este proceso de cambio sea más fácil, por ello será muy importante pedir asesoramiento a profesionales que conocen esta enfermedad, que conocen a la persona en cuestión y que saben cómo actuar. Por último comentar una piedra en el camino que nos encontramos las familias y los profesionales que buscamos un cambio de calzado en una persona con demencia, y es la imposibilidad, en la mayoría de los casos, de que los establecimientos faciliten un calzado para llevar con la opción de devolver si no es apto sin repercusión económica para las familias. El zapato debe de ser valorado por el profesional junto con la persona con demencia y en muchas ocasiones no es posible el desplazamiento de la persona al comercio por multitud de circunstancias. Por todo ello desde el área de Fisioterapia se recomienda: Pedir asesoramiento al profesional antes de comprar un nuevo calzado (podólogo y/o fisioterapeuta) que conoce a la persona y sus características físicas, cognitivas y funcionales. Una puesta progresiva del nuevo calzado, de tal forma que vayamos aumentando el tiempo de puesta paulatinamente, adaptándose a él poco a poco evitando lesiones, rozaduras innecesarias, y favoreciendo su familiarización. Desprenderse del zapato viejo que no reúne cualidades óptimas que evitará ser visto y reconocerlo. Control periódico en el Servicio de Podología para seguimiento de las alteraciones del pie. Una limpieza y cuidado del pie de forma diaria.
martes, 08 novembro 2022 09:41
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La importancia del calzado en personas mayores con demencia (I)
Categorías: Divulgación
Etiquetas: fisioterapia , personas mayores , caídas , equilibrio , marcha , calzado
ROCÍO VALLE BERMEJO | FISIOTERAPEUTA La demencia lleva asociada una serie de factores que predisponen a las caídas: alteraciones del equilibrio y de la marcha, efectos secundarios del tratamiento farmacológico, procesos cardiovasculares, problemas musculo esqueléticos y enfermedades neurológicas concominantes. Existen además factores extrínsecos como son las barreras ambientales y el tema que nos ocupa, el calzado y los pies que pueden aumentar el riesgo de caídas. El pie en una persona mayor suele padecer una o varias alteraciones debido a patologías propias del pie (callos, durezas, ojos de gallo…), modificaciones propias del envejecimiento, por determinadas enfermedades (osteoarticulares, neuropatías…), alteraciones en los dedos (juanetes, dedos en martillo…), alteraciones en los pies (pies cavos, planos…), alteraciones en las uñas (onicomicosis, hipertróficas….). Todas estas alteraciones generan una limitación funcional, disconfort, dolor… reduciendo por tanto la calidad de vida de la persona, y si a eso le sumamos un calzado inadecuado que influya negativamente sobre ellas, el problema es aún de mayor consideración. Por todo esto desde el área de Fisioterapia del CRE de Alzheimer se observa la necesidad de valorar el calzado de los usuarios que acuden al centro, ya que resulta ser un elemento importante que debe proporcionar una funcionalidad óptima del pie durante la marcha, evitando lesiones y/o adaptándose a patologías ya existentes, y proporcionando estabilidad y seguridad. Además se deriva a los usuarios para control y seguimiento de las patologías propias del pie al Servicio de Podología. Un calzado apropiado debe reunir unas características determinadas: La suela debe de ofrecer amortiguación para frenar el impacto del pie contra el suelo y aportar un agarre máximo. Por ello debe de presentar un dibujo apropiado, ser antideslizante, y tener un grosor y una flexibilidad media. El material con el que está confeccionado se recomienda que sea piel natural, ya que tiene la capacidad de absorber el sudor facilitando la transpiración del pie. Es un material flexible y ligero y se adaptará perfectamente a la forma del pie y al movimiento. Se evitarán por tanto fibras sintéticas. El interior debe ser liso, sin costuras, sin formas y correctamente acolchado para minimizar el riesgo de lesiones o molestias innecesarias. Posesión de elementos de amarre como cordones o velcro (preferiblemente velcro en personas mayores). Que proporcionan sujeción del zapato al pie (evitando deslizamientos y por tanto rozaduras o inestabilidad). Además, permite a la persona regular el zapato en función de los cambios de volumen fisiológicos que sufre el pie a lo largo del día. Es importante sobre todo para calzado de verano que exista un elemento de amarre en tobillo o antepié. Presencia de contrafuerte de consistencia adecuada. Una zona posterior del zapato demasiado débil permite movimientos no deseados del retropié. Por el contrario un contrafuerte demasiado rígido puede provocar lesiones. En el calzado de verano se aconseja que la zona posterior del talón quede cerrada. Se recomienda usar calzado con pala ancha y alta que permita la movilidad de los dedos y no favorezca la presión del antepié, ya que predispone a deformidades y compresiones vasculares y nerviosas. La talla o longitud del zapato debe de ser la adecuada. El zapato debe tener entre medio y un centímetro más de longitud que el pie. En este sentido, tenemos que tener en cuenta varios aspectos: si se necesitan dispositivos ortopédicos; al final del día los pies aumentan de volumen, por ello se recomienda comprar el calzado a última hora del día; y el calzado con el tiempo de uso se acopla al pie.
martes, 08 novembro 2022 10:03
Efectos del ejercicio físico sobre el equilibrio y la marcha
Categorías: Opinión
Etiquetas: fisioterapia , rehabilitación , ejercicio , equilibrio , marcha
CRISTINA PUIG PUIG FISIOTERAPEUTA DE AFA BARCELONA La retrogénesis de la enfermedad de Alzheimer provoca un deterioro paralelo de las capacidades físico-funcionales y las capacidades cognitivas. Esta involución producirá una pérdida progresiva de las capacidades teniendo un claro efecto sobre las actividades de la vida diaria en general. Es muy importante tener presente, pese a que la enfermedad pase por diferentes fases, que los pacientes deben ser valorados, tratados y evaluados de forma individual, puesto que cada uno tiene una historia clínica diferente. No obstante, agrupando a personas que padecen dicha demencia con características físicas similares así como en una misma fase de la enfermedad, promoveremos la sociabilidad del mismo. Es por ello que la labor del fisioterapeuta no sólo debe ser rehabilitadora, si no que cada vez más va encaminada a la prevención, haciendo hincapié en sus fases iniciales con un trabajo de concienciación en su esquema corporal, control postural, equilibrio y marcha. En fases moderadas se hará una labor más rehabilitadora, focalizándola en mantener y corregir posibles alteraciones en su esquema corporal, control postural, reentrenamiento del equilibrio, reeducación de la marcha, así como un trabajo de fuerza y resistencia. De manera que realizando un entrenamiento multicomponente los beneficios son mayores. Con este fin, el fisioterapeuta realizará programas de prevención y/o rehabilitación para mantener o mejorar las capacidades físicas de la persona enferma. Hasta la fecha, existen múltiples estudios basados en los efectos del ejercicio físico en personas sanas, no obstante, pocos estudios relacionan la fisioterapia con la enfermedad de Alzheimer. Por esta razón nos vamos a centrar en los efectos del ejercicio físico sobre el equilibrio y la marcha, dada la gran importancia para el mantenimiento de una autonomía e independencia del paciente con alzhéimer. Debemos tener en cuenta que debe realizarse un programa adaptado a la persona para que el entrenamiento sea efectivo, de esta manera, si la persona realiza un trabajo constante a diario, sus capacidades motrices se verán menos afectadas en el trascurso de la enfermedad, retrasando así sus efectos, al contrario que una persona que no realice ningún tipo de ejercicio físico. Los efectos del ejercicio físico en equilibrio y marcha son claros cuando se realizan programas de entrenamiento con varios elementos, que incluyan: fortalecer la musculatura de las extremidades inferiores, control postural, esquema corporal, entrenamiento de transferencias, etc. Por ello es importante que el programa se modifique según vaya ganando fuerza, resistencia, elasticidad y equilibrio estático y dinámico. De esta forma, conseguiremos mantener y/o mejorar el equilibrio y la marcha, siendo uno de nuestros mayores objetivos en fases iniciales y moderadas de la enfermedad de Alzheimer. Qué duda cabe que la importancia de un entrenamiento constante es fundamental para conseguir minimizar el riesgo de caídas en un futuro. Para concluir, debemos seguir realizando programas de entrenamiento que se adapten al estado físico y cognitivo de la persona para dar una mayor calidad de vida y la mayor autonomía posible.
luns, 07 novembro 2022 15:38
Recomendaciones acerca del calzado en personas con demencia
Categorías: Divulgación
Etiquetas: fisioterapia , recomendaciones , personas mayores , equilibrio , marcha , calzado
GLORIA TERESA ZAPATA OSORIO FISIOTERAPEUTA DE EULEN SOCIOSANITARIOS EN EL CRE DE ALZHEIMER El calzado es parte importante del vestir. Se usa para ofrecer protección y comodidad al pie. Puede tener distintas formas (botas, botines, sandalias, zapatos de vestir, zapatillas, chanclas, con tacón alto, medio o bajo…), estar fabricado con distintos tipos de materiales, y usarse con propósitos adicionales como decorar o embellecer el pie complementando el vestido, o facilitar la practica de actividades especificas relacionadas con el trabajo o la practica de deportes. Para una persona con demencia es muy importante elegir un calzado apropiado. Generalmente son personas mayores que pueden presentar problemas en los pies como uñas deformadas o encarnadas, deformidades de los dedos, juanetes, pies planos, pies cavos, callos, ampollas, espolones…, que pueden tener menor fuerza muscular, menor movilidad y mayor rigidez articular, lo que provoca disminución del rango de movimiento del pie y del tobillo. También pueden tener dificultades en la percepción visual y táctil o para informar adecuadamente de las sensaciones de malestar, dolor o incomodidad que tienen. Todos estos problemas se pueden incrementar cuando la persona lleva un zapato estrecho, pesado, rígido o demasiado débil y que no le brinda estabilidad al tobillo. En estudios recientes se ha demostrado que el uso de un calzado inapropiado puede influir en el equilibrio y en el consiguiente riesgo de resbalones, tropiezos y caídas, pues no solo altera la retroalimentación somato sensorial en el pie y el tobillo, sino que también modifica las condiciones de contacto entre el pie, el zapato y el suelo. También se incrementa el riesgo de caída en casa cuando la persona camina descalza o con calcetines, por lo que se recomienda usar zapatos en casa siempre que sea posible. En una persona con demencia el calzado, además de proteger el pie y complementar el vestido, debería ayudarle a caminar de forma cómoda y segura, disminuyendo la posible sobrecarga en las rodillas y aumentando la estabilidad y alineación de los tobillos y los pies. Con un calzado apropiado se puede facilitar la estimulación de la propiocepción en miembros inferiores durante el entrenamiento del cambio de posición de sentado a de pie, en el mantenimiento de la posición de pie y durante el entrenamiento de la marcha. A continuación se enumeran algunas de las características que debería reunir un calzado adecuado: Debe adaptarse al estilo de vida, complexión física y características personales de quien va a usarlo. Debe ser ligero y flexible para evitar la fatiga. Hecho con materiales suaves (preferiblemente piel) que faciliten la transpiración y mantengan temperatura adecuada en los pies. Con mínimas costuras interiores para evitar problemas de la piel por rozaduras. Contrafuerte (parte trasera del zapato) reforzado, cerrado, firme y bien ajustado al talón para dar soporte, evitar la desviación del talón, lesiones de tobillo y caídas. Punta de los zapatos amplia para dar más espacio a los dedos. Mejor cerrado alto sobre el empeine para que dé buen agarre al pie. Mejor con cierres adhesivos tipo velcro, situados sobre el empeine. Se facilita un ajuste adecuado y que la persona pueda poner y quitar sin o con mínima ayuda. Preferiblemente con plantilla interior removible, de materiales blandos, que disponga de un realce interno para el arco longitudinal interno, con perforaciones bajo los dedos y la bóveda plantar para que el pie no sude. Suela antideslizante, de goma gruesa y blanda (acolchada), por su capacidad para absorber la fuerza del impacto del pie contra el suelo al caminar. Con el grosor suficiente para que no puedan penetrar objetos agudos o producirse lesiones al pisar piedras (por ejemplo, al ir paseando por la calle). Tacón ancho y bajo: 2-3 cm. Para asegurarse de que le quedan bien conviene: Recordar que el calzado debe adaptarse a la forma del pie y no al contrario. Probarlos con el tipo de calcetín o media que usa habitualmente la persona, preferiblemente por la tarde. La talla es fundamental. Debe comprobar que está cómodo, que el talón está bien calzado, que el dedo gordo no se monta en los demás y que estos se pueden mover. Comprobar el largo colocando el pie hacia delante dentro del zapato. Los dedos no deben tocar la parte de arriba de la puntera. Probar una talla mayor o menor si le parece estrecho o ancho. Si el talón tiende a salirse al flexionar el calzado o al andar es que el zapato le queda muy suelto. Si se forman arrugas o puede pellizcar material en el empeine es que le queda ancho. Si se forman bultos en los laterales es que el zapato aprieta demasiado. Procurar que la persona camine con los zapatos puestos en ambos pies. Adquiera la costumbre de ofrecerle a la persona con demencia calcetines sin costura para evitar abrasiones y rozaduras, y revise el interior del zapato antes de ponerlo por si hubiera algo que pudiera provocar una lesión. Recuerde que el calzado debe ser seguro en casa y al aire libre, tanto en verano como en invierno. Sin referirse a una marca o tienda en particular, en el archivo adjunto al final de este artículo se incluyen imágenes de algunos modelos de calzado apropiado.
martes, 08 novembro 2022 10:19
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xoves, 17 novembro 2022 18:15
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