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luns, 21 novembro 2022 10:49

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Cuidadora con su paciente
10 - 12 - 2018

Una escala para medir la aflicción del cuidador o cuidadora del paciente con alzhéimer

Categorías: Divulgación

[1] JAIME ALVELO BURGOS, [2] RAFAEL CANCIO GONZÁLEZ | [1] TRABAJADOR SOCIAL Y [2] PSICÓLOGO DEL HOSPITAL DE VETERANOS DE PUERTO RICO La enfermedad de Alzheimer es un proceso degenerativo de las células del cerebro que impacta la capacidad mental de los individuos en las áreas de la memoria, el juicio, el lenguaje y su habilidad para resolver problemas. Además, se notan cambios de personalidad, estados de ánimo, nivel de actividad y sus percepciones del ambiente (Santiago, 2015). Alguna de la sintomatología psiquiátrica que pudieran presentar pacientes con Alzheimer es la siguiente: cambios de personalidad; aumentos intermitentes de irritabilidad; pérdida de inhibiciones; mayor pasividad; ataques de ansiedad; cambio de conducta sexual; trastornos del sueño; ataques de llanto; uso de lenguaje grosero y no querer coopera. Con el tiempo las personas con la condición de Alzheimer van a depender de otros para su cuido y esos cambios de personalidad y comportamiento afectan impactan su relación con el cuidador o cuidadora hasta el punto de poder llevar a estos a padecer a padecer de depresión, a mostrar conducta abusiva o hasta decidir institucionalizar al paciente para manejar su conducta. Según la perspectiva de Marwit &Meuser (2002) el cuidador o cuidadora gradualmente observa y siente como su ser querido va deteriorándose al punto que ya no es la misma persona pues ha perdido su historia; no reconoce a su familia; vive desorientado; tiene problemas con sus emociones; se va incapacitando físicamente; y en sus etapas finales hay que darle la comida y atender sus necesidades fisiológicas. Estos autores conceptualizan ese proceso para el cuidador o cuidadora como una pérdida en vida de un ser querido similar a la aflicción que se siente cuando fallece un ser querido. Marwit &Meuser (2002) crearon una escala para medir el nivel de aflicción del cuidador mediante entrevistas en grupos focales con familiares de pacientes con Alzheimer. Inicialmente la escala tenía 50 aseveraciones pero más tarde crearon una versión corta de 18 (2005). La forma corta de la escala es conocida como el Inventario de Aflicción de Cuidadores de Marwit y Meuser (MMCGI-SF por sus siglas en ingles). Los autores de este estudio utilizaron la metodología transcultural para la adaptación de un instrumento de una cultura e idioma a otro/a. En ese proceso se utiliza un compite bilingüe con dominio de ambos idiomas, traductores profesionales y sujetos de la otra cultura con los que se pondera la adaptación hasta llegar a un consenso sobre su adecuacidad. A ese proceso le sigue una prueba de campo para determinar su validez y confiabilidad. La prueba de campo se llevo a cabo con 100 sujetos y la escala reflejo validez conceptual y buena consistencia interna (coeficiente alpha=0.91). Sin embargo, en la muestra estudiada la escala demostró tener una dimensión conceptual y no tres como en la versión en ingles. La escala de MMCGI-SF es de utilidad para el profesional clínico evaluar cuan impactado ha sido el cuidador del paciente con Alzheimer y tras darle servicios de apoyo determinar la efectividad de su intervención.

luns, 07 novembro 2022 09:05

13 - 05 - 2015

Factores clave en la práctica clínica de la estimulación cognitiva. IV: Metodología en la intervención

Categorías: Opinión

JOSÉ ANTONIO SÁNCHEZ MARTÍN GERONTÓLOGO Y NEUROPSICÓLOGO Algunas consideraciones prácticas sobre la planificación de la intervención tienen que ver con el formato de las sesiones. Un factor importante a tener en cuenta en los procesos de intervención en estimulación cognitiva es la realización de las sesiones en grupo o de forma individual. Como es de esperar, la respuesta particular es que ninguna es correcta ni errónea. Son diferentes formatos y cada uno aporta unas cualidades diferentes. En las sesiones de rehabilitación individual el profesional puede poner toda la atención en la persona. Es más fácil controlar la ejecución y focalizarse en los procesos de ayuda o «mayéutica» que favorezcan la neuroplasticidad. El control de la ejecución es mayor y el manejo de situaciones motivacionales o emocionales también a nivel individual. Pero por otro lado, el peso del intercambio social, de la pertenencia a un grupo determinado, de la afectividad en las relaciones sociales y la potenciación de un ambiente social positivo son cuestiones que pueden aportar las actividades en grupo. En los procesos de aprendizaje (y en parte en eso se basa neuroplasticidad en el «aprendizaje» de nuevas conexiones de redes neuronales) el intercambio de ideas, experiencias, estrategias y la discusión entre los usuarios son un potente componente que favorece el encuentro de ejecuciones positivas. De hecho, las teorías del aprendizaje social que proponen el aprendizaje como contacto con el ambiente, en el caso del ambiente social, es un factor altamente favorecedor. De aquí que se pueda aprovechar este formato «en grupo» para desarrollar una óptima potencialidad en el aprendizaje y por ende la ejecución de la persona. Con estas características, se ha de valorar en qué casos puede ser más beneficioso un formato u otro. De forma general, el formato «en grupo» es más beneficioso. En casos de máximo control, dificultades atencionales importantes, dificultades graves de habilidades sociales o en general deterioros cognitivos graves, sería más recomendada la estimulación individual. A parte de estos factores, también es posible encontrar otras recomendaciones que parten de la base de la investigación – intervención en estimulación cognitiva de programas validados. Por ejemplo, la técnica del aprendizaje sin errores. No se trata de que la persona no tenga errores de ejecución, sino de salvaguardar, como se dicho antes, la sensación de imposibilidad que podría llegar a causar la desesperanza (emoción negativa) o indefensión aprendida en el proceso terapéutico. Los consejos para el profesional serían dar siempre la solución a las tareas propuestas, preferentemente antes de que el usuario de una respuesta final incorrecta y evidentemente dejando trabajar y esforzándose a la persona, pero nunca dejando sin respuesta por imposibilidad o desconocimiento del usuario la ejecución de la actividad. Además es conveniente no castigar NUNCA, la ejecución incorrecta y al contrario, reforzar la ejecución correcta o las aproximaciones a la solución. Esto crea una mayor autoconfianza en la persona y la predispone a seguir adelante con tareas y retos. La utilización de estrategias como la visualización, o el doble procesamiento es también otra recomendación. El poder de la asociación de imágenes es evidente. Y en los casos en los que sea posible, el doble procesamiento visual y auditivo es también una estrategia potente, sobre todo en las tareas de memoria. También es posible utilizar, si el estado cognitivo de la persona lo permite, estrategias de clave semántica. En el fondo se está favoreciendo la codificación y facilitando la recuperación. Algunas de estas estrategias pueden conllevar un esfuerzo determinado que el profesional debe controlar y valorar la eficiencia de las mismas. De forma general se deben utilizar también estrategias de metamemoria, todo ello de forma dinámica y adaptada a la persona y contexto en el que se encuentre. El conocimiento del funcionamiento de los procesos cognitivos da una mayor facilidad a la hora de comprender las estrategias de memoria u otros procesos. Esto facilita una mayor habilidad a la hora de poner en práctica dichas estrategias y obtener una mejor ejecución funcional.

domingo, 06 novembro 2022 16:05

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