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astelehena, 21 azaroa 2022 10:49
danza
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![Pareja de ancianos bailando](/documents/1565578/0/dct-820x390.jpg/55b6b8eb-ffa6-c19b-acd4-bbd396c9476a)
La lírica del cuerpo
Categorías: Divulgación
Etiquetas: memoria , terapia , dct , movimiento , danza , danzaterapia , baile
ANA LUZ DE ANDRÉS TERÁN | DANZATERAPEUTA El cuerpo es como una casa que habitamos, que nos contiene y que poblamos a la vez. Es un espacio expresivo. Nuestro espacio, nuestro medio general de poseer un mundo. Valorar el mínimo gesto es vivir el propio cuerpo, buscar los ecos que se despiertan en él y las prácticas corporales no son más que una guarida donde mantener vivo lo vivo. Optar por la danza implica elegir el cuerpo como lugar de relación con el mundo, como instrumento de conocimiento, de expresión y de pensamiento. Antes de la aparición de la danza contemporánea o danza moderna, el cuerpo para el baile, estaba determinado y estructurado. El torso era algo rígido e inexpresivo, las extremidades eran los privilegiados y casi únicos elementos de la expresión. En cambio el cuerpo contemporáneo da rienda suelta a las zonas corporales que no controlan el discurso. Vientre, tórax, nuca o espalda inician el movimiento de forma que las extremidades cambian su lenguaje. Por ejemplo, la cabeza ya no tiene una función exclusivamente expresiva, se abandona al movimiento del todo o se aísla colgando del cuello. A partir de principios del siglo XX se empieza a entender el cuerpo como un cuerpo pensante y productor de sentido. Es un inmenso abanico de tonalidades y poética, Laban lo denomina la “firma corporal”, existen infinitos cuerpos cada uno con una melodía diferente. El diálogo más importante que se produce en las sesiones de Danza Creativa Terapéutica es el que se produce entre el danzante y su cuerpo. La percepción de sí mismo a través del movimiento produce sensaciones, emociones que favorecen el reencuentro con el self. Se hace presente un cuerpo con historia que hace posible la reconciliación entre memoria y olvido. Frente a una persona con demencia nos encontramos con una mente transitoria, sin raíces, acompañada de un cuerpo lleno de saberes que recuerda su dimensión existencial y reclama su lugar en el espacio-tiempo. Los participantes de las sesiones se comunican, independientemente de sus afasias y capacidades cognitivas, gracias a que su movimiento circula fuera de las fronteras verbales de la racionalidad. Como dice Louppe (2011), “El cuerpo tiene su propio lenguaje que el lenguaje no conoce”, (p.55). El cuerpo será entonces un discurso que se construye en un tiempo propio y relata la historia del sujeto. Construimos un escenario de recuerdos desmemoriados y vivimos el cuerpo como una experiencia del movimiento, el espacio y el tiempo. El bailarín desmemoriado crea una danza despojada, sin intenciones conscientes arraigada en las más profundas tradiciones que le enraízan a la realidad y al otro. Bibliografía Louppe, L. (2010). Poética de la danza contemporánea. Salamanca (España): Universidad de Salamanca.
astelehena, 07 azaroa 2022 10:59
![El espacio vacío](/documents/1565578/0/espaciovacio-820x390.jpg/f4f607dc-2854-064a-691d-98e1fef6b2c8)
El espacio vacío
Categorías: Opinión
Etiquetas: tnfs , danza , danzaterapia
ANA LUZ DE ANDRÉS TERÁN DANZATERAPEUTA DEL CRE DE ALZHEIMER Las mentes son espacios. Los espacios se ocupan. Los espacios son memoria. Ocupar el espacio es ocupar el presente, el pasado y el futuro. Parece una evidencia, pero para el paciente no hay muchas evidencias. Para un cuerpo sin memoria todo es nuevo y lo nuevo, como diferente, siempre es difícil, a veces, incluso terrorífico. En un cuerpo sin memoria el espacio vacío debe ser un abismo, pues ese presente ni siquiera le ofrece referencia alguna a la que agarrarse para empezar a construir su yo. Un yo que parte de la desmemoria. Los espacios nuevos son admirados con sorpresa. En los espacios vacíos caben todas las formas. Dejemos a un niño en un espacio vacío y veremos cómo se asusta, pero poco a poco irá situándose en el espacio. Cada forma que el cuerpo adopta es una emoción nueva. En el paciente, hacerle reconocer un movimiento nuevo en el espacio es una conmoción. Un simple movimiento puede resultar algo nuevo para el paciente y, como nuevo, emocionante y creativo. Existe como una memoria escondida que provoca esa emoción, una anagnórisis, un reconocimiento no consciente. Los humanos nos alegramos cuando algo nos es familiar, es como decir: eso lo conozco yo, eso es parte de mí, forma parte de mi bagaje, y sin embargo, aún siendo conocido, parece nuevo y parece nuestro, creado por nosotros. Quizá la emoción del paciente venga provocada por esos dos aspectos, lo nuevo y aquello que inconscientemente es conocido, la sinergia de ambos dan un resultado diferente, un acto creativo. En los humanos sin demencias, la creación no existe sin memoria. Muchos artistas consideran que su principal fuente de inspiración es la memoria. Se empeñan en recordar episodios o imágenes de sus vidas para posteriormente plasmar esa emoción en sus obras. Nadie nace de generación espontánea, todos somos hijos de alguien. Nuestro padrino es la memoria. Sin referencias no hay creación. Otra cosa es el descubrimiento. Descubrir espacios nuevos provoca emoción, pero no es un hecho creativo. Sin embargo, la consciencia del en el espacio, sí puede serlo. El espacio por sí solo, solo es espacio. Es un agujero negro; pero en cuanto se es consciente que el cuerpo forma parte de él, ya comienza a construirse un mundo. Y de eso trata la creación, de construir mundos habitados, pero nuevos. En algunos estados de algunos pacientes todo lo que ven en su presente es novedoso y produce emociones, pero, cuando aparece el reconocimiento surge la alegría. Si añadimos al cuerpo y al espacio materiales, el mundo que se está habitando y construyendo comienza enriquecerse. En trabajos terapéuticos con pacientes se ha observado cómo gustan de jugar con materiales con organicidad potente. Podríamos hablar de ejercicios con plásticos grandes y finos que muestran su levedad y su elegante caída. Los pacientes como los niños, o como cualquier ser sin demencia reconocida, son proclives al juego con estos elementos . Manipularlos es un gozo. El manipulador paciente se enamora de su material, lo hace volar, disfruta con su caída y parece sentirse el creador que da vida a eso que tiene entre las manos. Si el paciente observa desde fuera, si ven manipular a otro, sienten la necesidad de robárselo para jugar con él. Lo cual vuelve a resultar un reconocimiento pero más amplio. Ahora junto al material y al espacio aparecen el otro y el yo observador. A nosotros quizá nos parezca poco , pero para el paciente es algo muy emocionante que produce una reacción en él. Así que debemos sumar un elemento más a ese pequeño hecho creativo: la interacción. No está demostrado que estos pequeños ejercicios mejoren la salud del paciente globalmente, pero, al menos, en ese presente, el paciente es un ser activo. Algo no baladí, si consideramos que nuestra vida está compuesta por millones de minúsculos presentes que, los no diagnosticados como enfermos, despreciamos, pero que para un paciente de alzheimer y sobre todo para su terapeuta son hechos muy relevantes. Otro de los componentes del hecho creativo es el juego. Se podría considerar al ser humano como un homus ludens. ¿Y qué es el juego en su esencia? En primer lugar, algo que produce tensión, placer, enojo… en definitiva algo que emociona. Quizá el juego comience a construirse por un pequeño gesto que provoca placer. ( lanzar un plástico al aire y observar su caída) Si el paciente repite este gesto varias veces, el juego comienza a tener unas reglas ( Para que el plástico caiga levemente hay que lanzarlo al aire) A lo mejor, después, el paciente, sin querer o conscientemente se coloca debajo del plástico cuando éste cae y se ve envuelto como por una cúpula de plástico, lo cual, le causa otro pequeño placer, que añade a su primer gesto. Ya tenemos dos movimientos, dos reglas del juego que el paciente repite y a esto seguramente se le vayan añadiendo movimientos nuevos. El sujeto está creando un juego con unas reglas que le van provocando nuevas emociones. Así se construyen los mundos, con improvisaciones que dan lugar a leyes, a reglas enfocadas en estos casos a conseguir quizá placer o la emoción que sea, pero que convierten al paciente en sujeto de la oración, en el que realiza la acción y, aunque él no sea consciente de tal hecho, lo siente y, por tanto, se siente vivo y activo. De una manera u otra el ser humano es un ser creativo en su esencia y nuestra tarea como terapeutas es ésa: devolver al paciente, aunque sea en minúsculos presentes, a su condición humana.
ostirala, 04 azaroa 2022 15:57
![](/documents/1565578/0/baile-820x390.jpg/ff2dabf4-d800-49b1-9ff3-b57e9d7bd72a)
Consistencia y validez del test «Profile of Mood State», para evaluar los efectos de la danza creativa terapéutica en personas con demencia
Categorías: Divulgación
ANA LUZ DE ANDRÉS TERÁN | EXPERTA EN DANZATERAPIA / LICENCIADA EN MATEMÁTICAS ENRIQUE PÉREZ SÁEZ | NEUROPSICÓLOGO AMADOR CERNUDA LAGO | NEUROPSICÓLOGO, UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS La Danza Creativa Terapéutica (DCT) para alzhéimer y otras demencias es una terapia no farmacológica (TNF) cuya finalidad terapéutica es mejorar la calidad de vida del paciente desde el axioma de la unidad indisoluble de cuerpo y mente. Son escasas las investigaciones sobre la DCT en personas con demencia (PcD) aunque existe cierta evidencia de que puede ser eficaz para mejorar el estado de ánimo y la calidad de vida. Al ser una terapia creativa hay una dificultad enorme para cuantificar sus efectos en PcD por lo que existe una necesidad de desarrollar o adaptar instrumentos que lo permitan. El «Profile of Mood States» (POMS) es un excelente termómetro emocional y actualmente es uno de los cuestionarios más utilizados en psicología para la medición de los sentimientos, pero no hay constancia de su uso en PcD. Por lo tanto, en este trabajo los objetivos generales son demostrar que el POMS, es una herramienta eficaz y fiable en PcD y analizar las posibles diferencias en las puntuaciones de los participantes antes y después de las sesiones de DCT. Conclusiones El POMS conserva sus propiedades psicométricas en una población de PcD. Los factores Tensión, Depresión y Confusión bajan, mientras que Vigor sube significativamente después de las sesiones de DCT. La mayor influencia de las sesiones de DCT aparece en Vigor y la menor en confusión. Las sesiones de DCT no tuvieron efecto sobre la Fatiga y Cólera. La DCT es una terapia no farmacológica beneficiosa en EA u otras demencias. El POMS es una herramienta fiable para medir el cambio en PcD. Ficha completa de la investigación
astelehena, 07 azaroa 2022 16:25
La Danza Creativa Terapéutica y las demencias
Categorías: Divulgación
Etiquetas: terapia , tnfs , danza , danzaterapia
ANA LUZ DE ANDRÉS TERÁNDANZA TERAPEUTA DEL CRE DE ALZHEIMER En los albores del siglo XX, la trasgresora Isadora Duncan se atrevió a bailar con los pies y los brazos desnudos, todo un símbolo de liberación que inició un camino de revalorización de lo corporal en el que la danza ha supuesto la aproximación más consciente y libre sobre el cuerpo. El cuerpo es como una casa que habitamos, que nos contiene y que poblamos a la vez. Es un espacio expresivo, nuestro medio general de poseer un mundo. Valorar el mínimo gesto es vivir el propio cuerpo, buscar los ecos que se despiertan en él y las prácticas corporales no son más que una guarida donde mantener vivo lo vivo. En este marco se inscribe la Danza Creativa Terapéutica (DCT), que está dentro de las Terapias no Farmacológicas desarrolladas por el CRE de Alzheimer y se basa en la teoría y práctica de la Danza Movimiento Terapia, perteneciente al grupo de las Artes Creativas en Psicoterapia y que nace de la unión de dos campos: la danza y la psicología. Según la Asociación de Danza Movimiento Terapia Española, la Danza Movimiento Terapia se define como «el uso psicoterapéutico del movimiento dentro de un proceso creativo que persigue la integración psicofísica (cuerpo-mente) del individuo». Nuestro taller aboga por el uso psicoterapéutico del movimiento dentro de un proceso creativo que persigue la integración psicofísica del individuo. Con una vocación más alquímica que química, nuestro compromiso es buscar el oro que todos llevamos dentro, proponiéndonos el reencuentro del hombre con su espíritu en su cuerpo, más allá de las limitaciones. Por supuesto, nuestro objetivo no es una estética en el movimiento ni una coreografía, lo relevante es el proceso. El movimiento se analiza y se observa, así como todos los aspectos corporales de la persona dentro de un encuadre terapéutico. La persona con demencia se ve afectada principalmente en tres campos: el social, el mental y el físico. Esto implica que poco a poco su esencia es destruida, su self, su yo, se va fragmentando, pero sigue existiendo. En esto se basan las teorías centradas en la persona: en una atención que considera que tiene capacidad de crear y es activa en el proceso. Estas teorías reconocen que existen otros factores que influyen en el desarrollo de la enfermedad como la cultura, el entorno social… y sobre todo las propias vivencias. Hay que mejorar la calidad de vida de los afectados con recursos asequibles y proporcionarles una ayuda efectiva. La danza con su movimiento y creatividad es un medio excelente para proporcionar esta ayuda. La percepción de la demencia está variando poco a poco, ya no solo se buscan respuestas biomédicas y tratamientos farmacológicos; es importante el individuo y su experiencia vital, de forma que las intervenciones no farmacológicas, como la DCT, están adquiriendo importancia en la mejora de la calidad de vida. Las personas con demencia pierden funciones cognitivas que afectan a su capacidad de comunicación, suelen presentar cuadros depresivos y de ansiedad, pero siguen conservando la capacidad de emoción y de sentir. Darles la oportunidad de expresarse a través de su cuerpo y recuperar su autonomía en un espacio y tiempo creado para ello, utilizando la danza como vía de comunicación, es fundamental para recuperar, aunque solo sea en un pequeño instante, su autonomía y su yo. La DCT es una herramienta útil, ya que incluye prácticas corporales, trabaja el concepto de la personalidad, considera la atención individualizada y promueve la comunicación, la creatividad y el disfrute en la experiencia de la danza y su movimiento. Cuando nuestro cuerpo escucha y siente ese ritmo, nuestra mente viaja al pasado y revive el instante. De esta manera podemos estimular la memoria inmediata, remota y autobiográfica, asociando un baile o unos movimientos a los momentos más significativos de de la vida. Siguiendo este modelo de trabajo basado en las teorías centradas en la persona planteamos como objetivo principal mantener su identidad trabajando el self, proporcionándoles un principio de realidad y normalidad en un espacio y tiempo donde puedan ser libres de expresar sus emociones y crear su propia danza.
astelehena, 14 azaroa 2022 16:39
Etiquetas
osteguna, 17 azaroa 2022 18:15
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