Programa de formación de cuidadores: beneficios y diferencias en función del tipo de cuidador
12 - 12 - 2022
Categorías: Divulgación
Etiquetas: alzhéimer , demencias , cuidadores , enfermedad , formación
ELENA NAVARRO-GONZÁLEZ 1,2, MIRIAM SANJUÁN-GÓMEZ 1, MARÍA DOLORES CALERO 1 |1 DEPARTAMENTO DE PERSONALIDAD, EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO PSICOLÓGICO, FACULTAD DE PSICOLOGÍA, UNIVERSIDAD DE GRANADA, GRANADA, ESPAÑA, 2 CENTRO DE INVESTIGACIÓN MENTE, CEREBRO Y CONDUCTA (CIMCYC), UNIVERSIDAD DE GRANADA, GRANADA, ESPAÑA.
En el ámbito del envejecimiento, cuando la persona mayor empieza a presentar cierto nivel de dependencia, la figura del cuidador se convierte en alguien fundamental en la vida de la persona dependiente. Dentro de los cuidadores, distinguimos dos tipos: el cuidador profesional y el cuidador familiar. Independientemente del tipo de cuidador, la literatura demuestra que esta figura tiene una influencia muy importante en la evolución cognitiva y funcional del mayor al que asiste. Por este motivo, diversas propuestas actuales intentan incorporar a los cuidadores como agentes activos en el tratamiento de las personas mayores haciendo de estos promotores de su autonomía. Entre estas propuestas, podemos señalar el programa CUIDA-2 (Calero et al., 2017).
Este programa está dirigido a la formación de cuidadores de personas mayores con cierto nivel de dependencia y pretende incrementar el funcionamiento cognitivo y la autonomía del mayor. Dentro de esta línea de trabajo, nuestro último estudio ha querido analizar qué diferencias hay cuando el programa CUIDA-2 es aplicado por cuidadores profesionales o cuidadores familiares. En concreto, hemos querido analizar diferencias socio-demográficas, grado de satisfacción con la tarea de cuidado, grado de implicación en la labor del cuidado y cambios como consecuencia de la formación recibida. De manera resumida, los datos obtenidos en cuanto a diferencias socio-demográficas, confirmaron que ambos grupos eran diferentes en edad, en nivel de estudios, y en nivel de conocimientos en cuanto a la tarea de cuidar, entre otros aspectos. Todo esto hace que la capacidad de cuidado y la predisposición hacia el mismo sea diferente en ambos grupos, lo cual nos muestra la necesidad de adaptar los programas de formación en función del grupo al que va a ser dirigido.
En relación a la satisfacción con la labor de cuidar, los cuidadores profesionales mostraron estar más satisfechos tanto antes como después de la aplicación del programa. Esto puede estar relacionado con la sobrecarga asociada al cuidado que experimentan los cuidadores familiares, aspecto muy importante a abordar cuando se trabaja con los mismos. Lo positivo del programa aquí realizado, es que los cuidadores familiares aumentan de manera considerable su satisfacción con la labor del cuidado tras recibir la formación. Los datos apuntan a que la formación recibida les ha permitido aprender mejor a realizar su tarea de cuidado y les ha proporcionado herramientas que antes no conocían, lo cual ha mejorado la manera de interactuar con la persona cuidada. En este caso, el efecto positivo ha sido recíproco (tanto en el cuidador como en la persona cuidada).
Finalmente, los dos grupos de cuidadores han valorado muy positivamente su participación en el programa de formación. Lo consideran una experiencia muy positiva que ha contribuido a aumentar el conocimiento, la satisfacción y la confianza en su tarea de cuidado. Los cuidadores familiares han destacado como especialmente útil conocer qué áreas tenían más deterioradas sus familiares y qué ejercicios podían hacer con ellos para mejorar dichas áreas. También han valorado muy positivamente el aprender a comunicarse mejor con la persona a la que cuidan. Los cuidadores profesionales, por su parte, han destacado como aspectos más positivos el haber tenido más información sobre las personas a las que atendían, lo cual les ha permitido ser más empáticos con ellos y tener más herramientas para atenderlos cuando estaban preocupados o deprimidos. Ambos grupos dicen estar muy contentos con la formación y estarían dispuestos a participar en otras experiencias de este tipo.
En definitiva, si bien los programas de este tipo deben contemplar ciertas diferencias en función del cuidador al que vayan dirigidos, la formación de cuidadores debe ser una prioridad para la mejora de la salud física y psicológica tanto de la persona mayor como del cuidador.
Para más información pueden consultar:
Calero, MD., Navarro, E., Sanjuán, M., Calero-García, MJ., y Ortega, AR. (2017). CUIDA-2: programa de formación de cuidadores para una estimulación integral de las personas mayores. Madrid: Ediciones Pirámide.
Navarro-González, E., Sanjuán-Gómez, M., y Calero, M.D. (2022). Formación de cuidadores en un programa de estimulación cognitiva: efectos diferenciales según el tipo de cuidador. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 57(3): 174-181.
*Los estudios aquí citados han sido financiados por el Ministerio de Educación del Gobierno de España [beca FPU15/03966].
martes, 03 xaneiro 2023 08:38
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