Balea-Fernández, Francisco Javier [1]; Alonso-Ramírez, Javier [2].[1] Doctor en Psicología (USAL) y Doctorando en Investigación en Biomedicina (ULPGC); [2] Doctorando en Investigación en Biomedicina (ULPGC).
La principal herramienta para poder implantar el renovado sistema es la educación sanitaria. La segunda es que las decisiones clínicas sean compartidas entre el paciente, sus familiares, los cuidadores y los proveedores de asistencia sanitaria.
El proceso de diagnóstico de Enfermedad de Alzheimer (EA) comienza cuando el paciente, solo o bien con algún familiar, acude a la consulta de atención primaria con quejas de memoria y/o alteraciones en el comportamiento (en este caso, acompañado/a siempre por familiares). En esta primera consulta, lo más frecuente es que la demencia se encuentre en fase leve/moderada. La principal característica de la EA en la actualidad es que se trata de una enfermedad neurodegenerativa de etiología aún no está establecida. En la búsqueda etiológica se han estudiado casos determinados genéticamente: autosómico dominante supone menos del 1 % de todos los casos; el 99% de los casos de EA se produce por otros mecanismos ajenos a la genética.
Los biomarcadores de depósito amiloide y de neurodegeneración (obtenidos del líquido cefalorraquídeo: péptido Aß1-42 y las proteínas Tau total y Tau fosforilada, o bien por técnicas de neuroimagen (resonancia magnética (RM) o tomografía por emisión de positrones (PET con18F-fluorodesoxiglucosa PET-FDG) (procedimiento ATN). Los biomarcadores en sangre periférica aún no están estandarizados para el diagnóstico clínico. En la actualidad se están realizando trabajos para la determinación de biomarcadores en sangre periférica utilizando imagen hiperespectral. Esta técnica tiene como objetivo la búsqueda de diferencias entre plasma de pacientes con/sin EA. Este trabajo está en la actualidad en fase de experimentación. En relación con el tratamiento específico de la DTA, se divide en tratamiento farmacológico y no farmacológico, así como tratamiento para los síntomas cognitivos y no cognitivos.
Los biomarcadores proporcionan un nuevo horizonte sobre el diagnóstico en fase preclínica y aportan datos sobre la etiología de la EA. Estos horizontes proporcionan nuevas líneas de investigación tanto para el diagnóstico etiológico como para la aportación de tratamientos efectivos en la DTA.
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